Viajar nos despierta de ese letargo en el que a veces nos sumerge el día a día. Nada se compara con la sensación que me despierta la posibilidad de descubrir nuevos lugares, conocer personas diferentes, escuchar nuevas historias, probar bebidas nunca antes saboreadas y platillos que hacen de la comida un espectáculo.
La belleza que existe en nuestro país es abrumadora. Regresé apenas de un viaje espectacular en la Laguna de Bacalar. Es un entorno único; los colores de la laguna que se encienden con el sol, las vistas maravillosas, los cenotes, cubrirte con su lodo espectacular, encontrar los mejores spots para un photoshoot maravilloso y la cereza del pastel… los rápidos muy lentos de Bacalar; brutal el lugar, un espectáculo para disfrutar.
Viajar es uno de mis mayores placeres en la vida, me recuerda que la vida no es solamente el día a día, entre casas, edificios y centros comerciales, cumpliendo con horarios y una agenda, me recuerda las posibilidades infinitas de ir creando una vida llena de colores y sabores, ver un cielo espectacular con una botella de vino, buena música y una increíble compañía que te permita tener una de esas conversaciones tan simples que llores de risa o tan profundas que hagan explorar tu alma sin perder la perspectiva – gracias por eso hermana – Esa simplicidad es de las grandes bendiciones por las que estoy agradecida en mi vida.
Cada compañero de viaje te ofrece una perspectiva distinta, se vive y se disfruta diferente y te descubres de formas que no te habías descubierto antes. Depende el compañero, es el viaje. Toda la experiencia es fascinante.
Viajemos, exploremos y dejémonos llevar por nuestro instinto. Viajemos al lugar más lejano del planeta o al más cercano de donde vivimos. Hay tanto que ver, que conocer y que disfrutar… deseo que la vida nos de el tiempo y la oportunidad de respirar tantos nuevos lugares como sea posible.
Si pudieras ir a cualquier lugar del muno ¿A dónde irías? ¿Con quién compartirías esa experiencia?
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