El roce de una mano, un nuevo olor, una nueva experiencia, un baile, reaprender en un libro, una maravillosa conversación, una nueva prenda que jamás hubieras pensado usar, descubrir un nuevo lugar, la estrofa de una canción nunca escuchada, la ilusión de un nuevo proyecto, ver alguna vieja amistad después de años, hacer algo que nunca antes habías hecho, escuchar una filosofía de vida distinta, imaginar lo inimaginable, crear una historia o varias…. Cualquier persona, momento o experiencia que nos haga encender ese algo dentro de nosotros, que nos haga sentirnos vivos y vibrar, que nos haga conectar con nuestro más auténtico y verdadero sentir de la vida, de nuestra vida, siempre se agradece.
Y es que a veces, sólo flotamos por la vida, haciendo lo que toca hacer día tras día, olvidando buscar o regresar a tener esos momentos que liberan y ponen a bailar el alma. Sin duda, siempre digo y me digo, que hay que hacer lo que toca, pero ahora busco hacerlo desde una consciencia distinta, con un propósito claro y busco “dejar de lado” por algunos momentos, dos horas, un día o una noche a esa mujer que hace lo que toca hacer para conectarme con mi más auténtico y vulnerable ser y disfrutar esos instantes que hacen acompañar el día a día con esa sensación de vivir y vibrar.

Me encanto tu reflexión, me inspiraste paz y tranquilidad, gracias.
Me gustaMe gusta
Woooow en verdad súper buena reflexión y si debemos dejar aún lado todo para poder estar un momento con lo más profundo de nuestro ser y no perdernos
Me gustaMe gusta