Vida y Muerte

La muerte es un tema del que, en general, no se habla en mi familia… desde que soy niña, han muerto muchos familiares, algunos más cercanos que otros, pero según lo que recuerdo, mis papás, mis tíos, mis abuelos, hablaron poco o nada acerca de la muerte y cómo vivirla.

En mi tarea de avanzar y crecer en la vida, he leído y reflexionado algunos temas que abordan la muerte desde distintos ángulos, y hoy, la entiendo de la siguiente manera: La muerte es la pérdida de la presencia física de una persona, es desprenderme de la voz de esa persona, de tocarla, de abrazarla, de su escucha, de sentir como me da su bendición, como me toma entre sus manos, de su olor, de sus risas, de las sonrisas, de su sabor al preparar algún platillo, de sus consejos y de sus historias contadas de viva voz.

La experiencia de saber, sentir y vivir la muerte de alguien conocido, cercano y/o amado cimbra, toca las fibras más sensibles y saca a la luz nuestros más grandes miedos.

Por eso, creo que es importante empezar a tratar la muerte de forma distinta con nuestros hijos. Hoy, cuando me preguntan si me voy a morir algún día, si moriré hasta que sea viejita o si siempre estaré con ellos, les contesto con toda la capacidad de conciencia que tengo respecto a la muerte y es algo así: Si, me voy a morir algún día, pero no se cuándo, no puedo saber si será hasta que sea viejita o sea antes de eso, yo siempre voy a estar con ustedes, pero no siempre estaré de forma física; cuando muera no podrás ver mi cuerpo, pero sólo se muere el cuerpo, la parte física que ves, mi alma seguirá siempre viva, esa no muere sólo se va a otro lugar, a otra dimensión y desde ahí, podrás sentir que te acompaño a lo largo de tu vida, recordando mis consejos, recordando los libros que leemos, cantando y bailando las canciones que disfrutamos juntos, leyendo los libros que yo disfrutaba leer, cantando la canción que hice para ti o leyendo lo que me gustaba escribir.

Se salen algunas lagrimas del alma mientras escribo esto, porque sólo pensar en no estar presente en sus vidas me llena de miedo, de tristeza, de preocupación, de angustia… pero reconozco estos miedos como parte de mi esencia de ser humano y sin saber cuándo y cómo llegará el día de mi muerte, de la suya, o de mis seres más queridos, los abrazaré, escucharé, guiaré, besaré, bailaré y disfrutaré la hermosa experiencia que es vivir. Por que como lo dice Gaby Pérez Islas en su libro “Viajar por la Vida“: “Sobre la muerte hay poco que hacer pero sobre la vida, todo”